Aunque cada vez hay más gente que practica la meditación, en
occidente todavía existen muchas personas que relacionan la palabra meditación
con aspectos religiosos, con gurús o con prácticas sectarias. Definir lo que es
la meditación es complicado, pues se trata de un concepto muy abstracto que
cada persona vive de manera particular. Para unos puede tener connotaciones
religiosas o espirituales, mientras que para otros es un método intelectual
para acallar el bullicio interno y conseguir estados más creativos o
emocionalmente positivos. A través de la meditación se potencia la atención y
la consciencia en el presente.
La meditación es una práctica en la cual entrenamos la mente
o inducimos un modo de conciencia, ya sea para conseguir algún beneficio o para
reconocer mentalmente un contenido sin sentirnos identificado/a con ese
contenido, o como un fín en sí misma.
Objetivos de la meditación
Cada persona puede buscar en la meditación un objetivo
diferente, siendo los más comunes:
Misticismo: desarrollar la consciencia de unidad con el
todo.
Descanso mental: acallar la mente y liberarla de las
preocupaciones diarias.
Creatividad: limpiar la mente para hacerla más creativa.
Felicidad: estimular las zonas del cerebro asignadas a la
felicidad.
Salud: estimular el sistema inmune y los mecanismos de
autocuración.
Relax: liberar el estrés y la ansiedad y permanecer en un
estado de bienestar.
Concentración: potenciar el estado de concentración y
memoria.
Intelecto: incrementar las capacidades intelectuales.
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